Natalia es una joven común y corriente, excepto por un detalle: su ansiedad le permite ver el futuro de las personas.
Recién llegada de Iquique a Santiago, enfrenta una ciudad nueva, un colegio nuevo y compañeros nuevos. Y lo que es peor, se pone nerviosa hablándole hasta a un pepino. Natalia está al límite y su poder parece cada vez más incontrolable. Es solo cuestión de tiempo antes de que se pierda en un laberinto de fractales.
Sin embargo, Natalia descubrirá que no está sola. Conocerá a otros estudiantes con poderes como el suyo. Nicolás, por ejemplo, tiene un futuro invisible.