Chile del Terror (3)

"Leí un aserto de Alexis Figueroa, que bien sabe de estas cosas, donde inventa una suerte de categoría de un terror lárico chilensis: esto es lo que veo o leo en la mayoría de los cuentos de la antología: un horror sin duda lovecraftiano, pero en el cual leemos y percibimos una suerte de lar, de espacio confinado, de luces negras muy chilenas (y sudacas): o sea que sí hay un horror lovecraftiano lárico, situado en el confín del mito, es sur, pero a la vez, nos habla de situaciones contingentes que sufren los habitantes del sur, con sus mitos, sus ritos, sus horrores y sus deseos. A fin de cuentas, el relato de horror o de terror como se quiera, habla de la pasión y del deseo, del erotismo y la muerte, de la imaginación que intenta sobrellevar la crueldad de los trabajos y los días. Y si por ahí aparece Cthulhu, en el sur de nuestras fronteras, bienvenido, claro, como lectura, pero ojo con el ojo del monstruo que nos acecha."